La planta de regeneración de aceites usados y venta de bases lubricantes ubicada en el municipio de Fuenlabrada (Madrid) ha hecho un esfuerzo por reducir la generación de un residuo peligroso procedente del tratamiento del aceite usado.
Dicho residuo consiste en la generación de unas aguas hidrocarburadas que son enviadas a gestor autorizado periódicamente. Sin embargo, se ha apostado por buscar mecanismos que evitasen la generación de ese residuo, al menos en una parte considerable. Para ello se han hecho ajustes en el proceso y se ha recuperado unas aguas que cumplen los parámetros establecidos para ser vertidas a la red de saneamiento.
Con estos cambios se cumplirá un doble objetivo. De una parte, reducir la generación de un residuo peligroso; y de otra, reducir las emisiones atmosféricas generadas en el proceso de transporte para llevar este residuo hasta la instalación del gestor final.
Para poder desarrollar esta idea se ha contado con el apoyo tanto del Canal de Isabel II como del Ayuntamiento de Fuenlabrada, que una vez comprobado la calidad de las aguas que se querían verter al SIS, han autorizado dicho vertido.
Con este objetivo se espera reducir aproximadamente en un 16% la cantidad de aguas hidrocarburadas que se gestionan como residuo, evitando así la generación de unos 1.100 m3 de aguas contaminadas, que una vez tratadas y aptas para su vertido, serían enviadas al SIS. De otra parte, se dejarán de realizar hasta 44 desplazamientos en cisternas de 25 Tn desde la instalación de Fuenlabrada a la planta de tratamiento final de residuos de hidrocarburos. Esto supondrá la reducción de las emisiones de CO2 en torno al 19,02%.
Esperamos que esta “R” de reducir por la que apuesta nuestra planta de regeneración de aceites usados de Fuenlabrada sea una de muchas iniciativas que se llevan a cabo para conseguir el objetivo de que nuestros procesos estén alineados con la economía circular.